El origen de las primeras balanzas se remonta aproximadamente hace 4500 años en Egipto, surgiendo por la necesidad de hacer trueques con productos de manera más exacta en sus actividades comerciales.
La definición de kilogramo se da en 1795 en Francia, como su prefijo lo indica kilo (mil) gramos el cual es determinado como la masa de 1 centímetro cubico de agua a una temperatura de 4°C.